La idea de girar el marco de los reflectores no es nueva, pero todavía me maravillo de cómo algo tan grande logra caber en un estuche de transporte tan pequeño. Lo que es aún mejor aquí es que el estuche también tiene una cubierta reversible que se cierra con cremallera alrededor del marco para ofrecer más posibilidades de iluminación. El reflector desnudo es en realidad un difusor blanco, y la cubierta es negra por un lado, plateada por el otro, pero si la giras del revés, también tienes un reflector dorado y blanco. ¡Brillante! El reflector está bien hecho y es rígido cuando se despliega. Hay un poco de tensión en el marco y tiene aproximadamente 1 cm de ancho, lo que significa que puedes agarrarlo bien. Las cubiertas tienen una cremallera reversible que las rodea y se desliza suavemente sin enganches, lo que hace que sea rápido y fácil cambiarlas. La diversión llega cuando llega el momento de guardarlo de nuevo, ya que hay una habilidad especial para volver a colocarlo en su estuche, una que aún no he dominado, y se necesitan varios intentos para hacerlo bien. ¡Solo necesito más práctica! Girar y meter, girar y meter…